Publicada el Mercredi, 18 de avril de 2018

La Presidenta del Parlamento felicita a la Fundación Vicente Ferrer por el premio Jaime Brunet

En el discurso de entrega del premio Jaime Brunet, Aznárez felicitó a la Fundación por su gran trabajo, por el empoderamiento de las comunidades destinatarias de su ayuda, y les animó a seguir empoderándolas, y contagiándonos esa conciencia tan importante de que es posible cambiar el mundo.

La Presidenta del Parlamento de Navarra, Ainhoa Aznárez Igarza, participó ayer por la tarde en la entrega del premio de la Fundación Jaime Brunet, que este año ha recaído en la Fundación Vicente Ferrer. Tras saludar a las distintas autoridades, así como al receptor del premio, el hijo del fundador de Vicente Ferre, Moncho Ferrer Perry, dirigió unas palabras al público invitado.

 

Intervención de la Presidenta del Parlamento:

Ohorea eta pribilegioa da niretzat Jaime Brunet Fundazioaren saria emateko ekitaldian egotea; izan ere, giza duintasunarekiko, oinarrizko askatasunekiko eta giza eskubideekiko errespetua eta tratu gizagabe edo iraingarriak desagerraraztea dira sariaren izateko arrazoiak.

 

Es para mí un honor y un privilegio asistir a la entrega del premio de la Fundación Jaime Brunet que tiene como leitmotiv el respeto a la dignidad humana, a las libertades fundamentales, y a los derechos humanos, así como la erradicación de situaciones y tratos inhumanos o degradantes.

 

Como ya se ha citado en las distintas intervenciones, el jurado ha querido premiar en 2017 a la Fundación Vicente Ferrer destacando su “meritorio trabajo llevado a cabo durante casi 50 años años a favor de los derechos de las comunidades que sufren más discriminación, como son los dalits o intocables”, en una de las zonas más pobres del planeta.

 

Alrededor de 170 millones de personas en la India pertenecen a estos dalits, oprimidos, que pese a que la Constitución India prohibiese o vetase el uso de la palabra ‘intocable’, sin embargo en el subconsciente de una nación de más de 1.200 millones de personas permanece con toda su simbología, de ‘intocable’.

 

Unos intocables a quienes Vicente Ferrer, Ana Perry, Moncho Ferrer que recoge hoy el premio, y todas las personas que trabajáis en esta ya imprescindible Fundación, no solo tocáis, sino que abrazáis, acompañáis hasta ser su propia sombra para que puedan salir adelante, y ser lo que son, personas con sus sueños, con sus anhelos, con una vida con los mismos derechos que cualquier ser humano, o al menos así debería ser.

 

Y así lo veía y entendía el fundador, Vicente Ferrer. Y nos lo transmitía y trataba de buscar nuestra complicidad, "Todo lo que te ocurre a ti, (decía) me ocurre a mí. No puedes mirar el sufrimiento de otros sin sentirlo dentro de ti... Puedes mirar o no mirar, pero ese sufrimiento te duele a ti también, y cuando te das cuenta te sientes responsable y piensas: ¿qué puedo hacer?"

 

Y en ese ¿Qué puedo hacer? Ha volcado el trabajo la Fundación Vicente Ferrer durante casi 50 años. En impulsar en la India una serie de proyectos coincidentes con las propuestas de la ONU para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el año 2030. Alcanzar estas metas que tienen como objetivo erradicar la pobreza, promover la igualdad de género y el acceso a educación de calidad.

 

Guk ere, hemen Espainian –zehazki, Nafarroan–, Garapen Jasangarriaren Helburu hauekin bat egin, konprometitu eta sinatu ditugu. Argazkia atera dugu, eta ziurtatu dugu lan eginen dugula datozen 15 urteotan nazioartearen agendaren pausoa markatuko duten 17 helburuak lortzeko, mundu justuago eta hobeago bat lortzearren 2030era bitarte dauzkagun erronkei aurre egiteko.

 

También nosotros, aquí en España, y en Navarra concretamente, nos hemos adherido, comprometido y firmado estos ODS, nos hemos hecho la foto y asegurado que vamos a trabajar para lograr los 17 Objetivos que van a marcar el paso de la agenda internacional en los próximos 15 años; los retos a abordar hasta 2030 para lograr un mundo más justo y mejor.

 

Entre las metas previstas no nos debería ser difícil erradicar la extrema pobreza o el crecimiento en países menos desarrollados, estos junto con otros nueve ODS no serán alcanzables si la comunidad internacional no realiza un esfuerzo de transferencia de recursos para que existan mecanismos de redistribución a escala global.

 

Y aquí viene cuando tras hacernos la foto con la firma de los ODS, vamos a la política real, a lo que se acuerda en el día a día aquí, en lo que denominamos países desarrollados.

 

Y ese día a día nos dice que el Gobierno de nuestro país acaba de presentar su propuesta de presupuestos generales para 2018. Mientras el presupuesto del Ministerio de Defensa alcanza los 8.453 millones de euros, lo que representa un incremento del 10,7% respecto al año pasado,...el presupuesto para Cooperación al Desarrollo se ha cifrado en 553,74 millones de euros, muy lejos de los 2.817 millones presupuestados en 2009, y desde luego a años luz de lo presupuestado para Defensa.

 

Este sería el compromiso real con los ODS, lejos del compromiso de la foto.

 

Y tampoco aquí, en casa, hemos logrado cubrir esos compromisos, y a pesar de haber duplicado dicho presupuesto en los últimos dos años, aún se encuentra lejos del 0,5% al que nos comprometimos.

 

Mientras tanto, Fundaciones como la que hoy recibís este premio, la Fundación Vicente Ferrer, nos dan ejemplo diario de QUÉ estamos hablando cuando decimos ‘cooperación’. Parecería que quienes firmamos y nos comprometemos con esos ODS no nos creemos lo que decía Vicente Ferrer: “Soy testigo directo de que es posible cambiar este mundo”.

 

Y ese cambio lo experimentó además en un país, India, que es el cuarto más peligroso del mundo para ser mujer, después de Afganistán, El Congo y Pakistán. Donde, según la ONU, los abortos selectivos, los infanticidios y los feminicidios han restado 50 millones de mujeres al censo desde que hay registros, nada menos que ocho millones en diez años.

 

Y a pesar de ello, o quizá por ello, vuestra Fundación se ha volcado no solo en los objetivos ODS, en los que trabajaba ya antes de que se alcanzasen por la ONU, sino en campañas para concienciar en la India que con Mujeres libres, los pueblos avanzan.

 

Con campañas en las que luchan diariamente para que las niñas no abandonen la escuela. Una auténtica revolución silenciosa que persigue por encima de todo que las personas sean dueñas de su propio destino.

 

Baldin eta mundua aldatzea posible dela sinesten bada bakarrik egin daiteke ekologiaren, etxebizitzaren, osasungintzaren, desgaitasunaren, hezkuntzaren, desberdintasunaren edo generoaren arloetan Fundazioak azken 50 urteotan egindako lana.

 

Sólo estando convencidas de que es posible cambiar el mundo se puede hacer el trabajo que la Fundación lleva desarrollando medio siglo, ayudando en el ámbito de la ecología, la vivienda, la sanidad, la discapacidad, la educación, la desigualdad o el género.

 

Zorionak, beraz, Fundazioari, egiten duzuen lan eskergarengatik, zuen laguntza jasotzen duten erkidegoak ahalduntzeagatik. Jarrai ezazue horiek ahalduntzen eta guri kutsatzen hain garrantzitsua den kontzientzia hori: “mundua aldatzea posible da”.

 

No me queda más que felicitar a la Fundación por vuestro gran trabajo, por el empoderamiento de las comunidades destinatarias de vuestra ayuda, para que sigáis empoderándolas, y contagiándonos esa conciencia tan importante de que “es posible cambiar el mundo”.