Publicada el Lundi, 10 de avril de 2017

En los tres primeros años de la guerra civil fueron encarceladas 2.642 personas navarras por delitos políticos

Los datos se han expuesto en la charla “Prisión y delito político en Navarra durante la guerra civil” ofrecida por historiadores e investigadores del Fondo Documental para la Memoria Histórica

El Parlamento de Navarra ha acogido hoy la charla “Prisión y delito político en Navarra durante la guerra civil”, ofrecida por Nerea Pérez Ibarrola, Gotzon Garmendia Amutxastegi y Emilio Majuelo Gil, historiadores e investigadores del Fondo Documental para la Memoria Histórica, organismo creado en 2009 de la mano del Parlamento de Navarra con el fin de investigar la represión en Navarra a partir del golpe de estado de julio de 1936 hasta la muerte del dictador Francisco Franco.

 

La Presidenta del Parlamento, Ainhoa Aznárez Igarza, ha presentado la charla destacando el gran trabajo que a lo largo de estos años ha venido realizando este organismo, “un trabajo minucioso y arduo”, ha señalado.

 

La presentación de la charla ha corrido a cargo de Emilio Majuelo Gil, quien ha señalado que a lo largo de este 2016 se ha recogido muchísima información y datos, que posteriormente han explicado minuciosamente tanto Nerea Pérez Ibarrola como Gotzon Garmendia. “Los datos son abrumadores, sabíamos mucho de los asesinados de los presos que había mucha gente, pero conforme vamos recogiendo esos datos vamos viendo que había miles”, ha señalado Majuelo.

 

En tan sólo los tres primeros años de la guerra civil, entre 1936 y 1939 que son los abordados en el estudio de 2016, se han localizado hasta 2.642 personas encarceladas navarras con acusación de delito político. “Había muchas otras personas encarceladas por estos delitos de otras regiones, en San Cristobal por ejemplo hubo 90 navarros encarcelados, pero otros miles de otros lugares del Estado”, ha explicado Gotzon Garmendia.

 

Según ha explicado Emilio Majuelo lo que se hizo jurídicamente fue retorcer todos los criterios jurídicos vigentes y democráticos del año 1931. “Esto explica que lo que antes era una simple reivindicación se convierta en antecedente político y como consecuencia ser acusado de delito político nuevo que en muchos casos es imaginario, la mayoría de la gente no tuvo juicio” asegura Majuelo. A esto habría que añadir la violencia sufrida por la ciudadanía que no fue apresada pero sí represaliada, “en esta panoplia de tipos represivos que es inmensa, destacan la violencia de género, cultural, de exilio, multas, pero abordaremos más el de los presos”, ha explicitado Majuelo.

 

La principal causa por la que se les acusaba era “adhesión a la rebelión, inducción y/o apoyo”, ha explicado Majuelo, quien ha recordado como el propio cómplice del dictador, su cuñado Ignacio Serrano Suñer, “el ministro más nazi que hubo en esa época, en sus memorias ya apuntó a que se había aplicado la justicia al revés, los que éramos insurrectos nos considerábamos los detentadores de la legalidad y quienes la habían defendido pasaron a ser todo lo contrario. ¿Por qué lo dijo Serrano Suñer en el 73 y no antes? Vino a decir técnicamente que no fue lo adecuado”, ha dicho.

 

En cuanto a la penas que se aplicaron, Majuelo ha señalado que siendo las desapariciones lo más duro, “así como las más duras pena de muerte, el resto de penas variaban entre los dos años y los 30 años, con acusaciones de auxilia a la rebelión que es un saco sin fondo en el que entraba todo. Por otro lado la gente se tiró muchos años en el miedo absoluto por lo que pudiera pasar, y otras muchas pasando muchos años en la cárcel.

 

Gotzon Garmendia ha explicado que los datos son aún provisionales porque hay mucho que seguir investigando, “es fundamental escribir y estudiar esta historia con precisión y con método porque si no se puede perder”.

 

A la charla han acudido casi un centenar de personas, así como parlamentarios y parlamentarias, Dabid Anaut Peña, Isabel Aramburu Bergua, Virginia Alemán Arrastio, Patxi Leuza García, Consuelo Satrústegui Marturet, Maiorga Ramírez Erro y Teresa Sáez Barrao.