Noiz argitaratua Asteazkena, 2017.eko Azaroak 15

El superviviente de la matanza de Atocha, Alejandro Ruiz-Huerta, se reúne con la Presidenta del Parlamento de Navarra

Ruiz-Huerta Carbonell le ha entregado la reedición del libro ‘La memoria incómoda: los abogados de Atocha’ escrito en 2002 rememorando el brutal atentado del que este año se cumplen 40 años

La Presidenta del Parlamento, Ainhoa Aznárez Igarza, ha recibido en la Cámara Foral a Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell, único superviviente en la actualidad del atentado de Atocha perpetrado el 24 de enero de 1977 y que costó la vida a cinco de sus compañeros de bufete. Al abogado y profesor universitario, le han acompañado en la visita Chechu Rodríguez Gil, secretario general de CCOO en Navarra; Pilar Arriaga García, secretaria de organización y Javier Barinaga Adrián, secretario de políticas públicas y sociales.

 

Con motivo del 40 aniversario de la matanza en el despacho de abogados de Atocha, desde Comisiones Obreras se ha emprendido un recorrido por distintos territorios del Estado para rememorar aquel trágico episodio de nuestra historia reciente. “Hemos creído que era necesario que Alejandro viniera a Navarra y no sólo nos contara sus vivencias en aquellas fechas y lo que supuso después, sino además rendirle un homenaje”, ha explicado Pilar Arriaga.

 

En la visita, Ruiz-Huerta ha entregado a la Presidenta del Parlamento la tercera edición del libro ‘La memoria incómoda: los abogados de Atocha’, publicado por primera vez en enero de 2002 con motivo del 25 aniversario de los asesinatos, y reeditado por tercera vez, con motivo del 40 aniversario. La memoria incómoda es un testimonio personal de Alejandro Ruiz-Huerta, como superviviente, aunque reconoce que es “un libro colectivo”.

 

En el libro se recoge la matanza de cuatro abogados y un administrativo y otros cuatro abogados heridos de gravedad. En el libro se recogen no solo aquellos sucesos, sino muchos otros que “fueron consecuencia de aquel tiempo que trajo la libertad política a nuestro país”. Ruiz-Huerta le ha trasladado a Ainhoa Aznárez como algunos de los supervivientes se llegaron a sentir culpables por no haber muerto, “y aunque los culpables, quienes realizaron la matanza, fueron rápidamente detenidos y juzgados, los impulsores del atentado quedaron impunes, y judicialmente se rompieron todos los hilos con ellos”, ha explicado Ruiz-Huerta.