Noiz argitaratua Ostirala, 2017.eko Maiatzak 19

La Comisión de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local visita las obras de recrecimiento de Yesa

La CHE insiste en que se mantienen las garantías de seguridad y estabilidad de la ladera derecha, pero GB, Bildu, Podemos e I-E reiteran su petición de un estudio independiente

La Comisión de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local ha visitado hoy, a petición de todas las siglas con representación en la Cámara, las obras de recrecimiento del embalse de Yesa, una infraestructura incluida en el Pacto del Agua que la CHE presenta como “garantía de abastecimiento, fuente de desarrollo e instrumento preventivo frente a laminación de avenidas”. La finalización de los trabajos está prevista para el 19 de octubre de 2020, si bien la presa estará acabada a final de este año.

 

Los miembros de la Comisión que han asistido han sido Luis Zarraluqui, Carmen Segura (G.P. UPN), Unai Hualde, Patxi Leuza (G.P. Geroa Bai), Dabid Anaut, Adolfo Araiz (G.P. Bildu), Rubén Velasco (G.P. Podemos-Ahal Dugu), Guzmán Garmendia (G.P. PSN), Javier García (G.P. PPN) y Marisa de Simón (G.P. Izquierda-Ezkerra).

 

La delegación del Parlamento ha sido recibida por Raimundo Lafuente, presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Marcelo Merino, director técnico de la obra de recrecimiento, Fernando Esteban García, director de la obra, y René Gómez, responsable del área de seguridad de presas.

 

El objeto de la visita, según ha constatado Luis Zarraluqui a modo de preámbulo, ha sido “conocer in situ la situación actual de la obra, en lo relativo a las características técnicas de la presa, el proceso de llenado, las condiciones de seguridad y el incremento de costes”.

 

A continuación, se ha celebrado una reunión informativa en la que Raimundo Lafuente y Fernando Esteban han avanzado que, si bien la presa estará terminada para final de año, el plazo oficial previsto para la finalización de las obras de recrecimiento “se extiende hasta el 19 de octubre de 2020. Luego, tras la redacción del proyecto de puesta en carga, vendrá el proceso de llenado, que se realizará de forma progresiva, durando, como sucedió en Itoiz, varios años”.

 

En cuanto a la utilidad de la obra y, sin descartar algún reajuste presupuestario, algo “común en este tipo de actuaciones”, Raimundo Lafuente ha asegurado que, “a nivel de laminaciones, el recrecimiento será útil desde la misma fecha en que se concluya. Después habrá cuatro o cinco escalones de llenado, lo que significa ir poniendo a prueba la presa gradualmente. Partiendo de los 447 hectómetros cúbicos útiles de la presa antigua, en explotación desde abril de 1959, alcanzaremos los 1079, que es la capacidad de la presa nueva a pleno rendimiento”.

 

Cuestionados por la inquietud generada en los pueblos situados aguas abajo debido a los movimientos de tierra producidos en la ladera derecha, el presidente de la CHE ha afirmado que no hay motivos para la alarma. “Simplificando, lo que desestabiliza y tira laderas es el agua. Aquél fue un movimiento muy pequeño, que detectamos con antelación, antes de que aparecieran las grietas. La alarma la produjimos nosotros evacuando la urbanización (2013), algo que entonces la gente no entendía, de hecho años después no se ha caído ninguna casa. Pero es cierto que coincidió la excavación con las lluvias y ahí, ya lo admitimos, si hubo parte de responsabilidad en la obra”.

 

Ahondando en lo dicho, René Gómez ha subrayado que “la ladera cumple ahora mismo la normativa. El objetivo es que esa ladera tenga menos agua y más estabilidad con el embalse recrecido, que la que tiene ahora y la que tuvo en el pasado. El tiempo ha ido desacreditando los estudios que diagnosticaban ausencia de seguridad”.

 

Preguntados por posibles alternativas al recrecimiento, Raimundo Lafuente ha dejado claro que “el agua que es posible gestionar con un embalse es infinitamente superior al que, hablando de zonas regables, se puede mover con balsas pequeñas surtidas por un canal pequeño-mediano. Esto podría ser algo complementario, nada más. Las avenidas, por ejemplo, se desperdiciarían”.

 

En ese contexto, el máximo responsable de la Confederación Hidrográfica del Ebro ha insistido en que, “al margen de que se trata de una obra de interés general, con el control de todo tipo que ello entraña, la tipología de esta presa está contrastada y muy chequeada. A la menor duda razonable se pararía. No es el caso. La Administración tiene la certeza de que se va a acabar la obra y se va llenar hasta la cota máxima (511). Resultaría ridículo plantearse el recrecimiento para no aprovecharlo”.

 

En el turno de portavoces, los representantes de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos-Ahal Dugu e I-E han persistido en su idea de reclamar un estudio independiente a fin de disipar dudas, mientras que desde UPN, PSN y PPN se han avalado las explicaciones de los técnicos de la CHE, al entender que resultan suficientemente garantistas.

 

Luis Zarraluqui (G.P. UPN) ha tachado la reunión de “muy productiva” y ha declarado que, “si ya antes mi impresión era que estaba todo controlado, ahora, con los nuevos sistemas de detección de movimientos, la garantía de seguir adelante con la obra es todavía mayor. Y, de no ser así, se ve que habría tiempo de sobra para tomar medidas de evacuación”.

 

Unai Hualde (G.P. Geroa Bai) se ha mostrado partidario de encargar un informe a una organización internacional, pues “elevaría el grado de fiabilidad y despejaría las dudas de quienes nos oponemos al recrecimiento. La CHE estima que no existen motivos de seguridad razonables para suspender y cree que los beneficios justifican la obra”.

 

Dabid Anaut (G.P. Bildu) ha apelado a la existencia de opiniones y estudios contrarios a los que defiende la CHE y, admitiendo que el de la seguridad “es un tema con muchas aristas”, ha apuntado que la incertidumbre que siente el propio Gobierno de Navarra justifica la petición de un informe internacional independiente. En una obra de esta envergadura nunca está de más tomar todas las precauciones necesarias”.

 

En la misma línea, Rubén Velasco (G.P. Podemos-Ahal Dugu) se ha remitido a los deslizamientos que están en el origen de la polémica para, sin rehuir el debate en torno a la utilidad del recrecimiento, sumarse al requerimiento de un estudio ajeno al proyecto oficial. “Serviría para aclarar muchas cuestiones”.

 

Guzmán Garmendia (G.P. PSN), por el contrario, ha puesto en valor la “tranquilidad que transmiten los responsables de la CHE. Me quedo con las medidas de última generación que están empleando para detectar cualquier irregularidad. Parece todo muy controlado”.

 

Javier García (A.P.F. PPN) ha destacado también la “solvencia de los argumentos técnicos” de la CHE y, a ese respecto, ha indicado que “dejan en evidencia a quienes han querido crear una incertidumbre que no existe. Ojalá esta visita sirva para que los grupos que se oponen a la obra hagan una profunda reflexión”.

 

Marisa de Simón (A.P.F. Izquierda-Ezkerra) ha manifestado que, “si bien la CHE ha mostrado una seguridad y una confianza absoluta en los sistemas de control instalados, algo que nos da cierta tranquilidad, no estaría de más contrastar sus datos con los de algún otro estudio independiente. Nos preocupa también la relación coste-beneficio, aunque nos dicen que la rentabilidad de la obra está asegurada”.

 

Concluida la reunión, los Parlamentarios han visitado las obras de recrecimiento y, tras las explicaciones pertinentes, han dado por finalizada la visita.

 

El recrecimiento de la presa de Yesa, en el río Aragón (Navarra/Zaragoza), es una obra incluida en el Pacto del Agua. Esta actuación se presenta como la garantía del abastecimiento de agua a Zaragoza y su entorno. A decir de la CHE, consolidará la zona regable de Bardenas y cubrirá los abastecimientos de esta zona; aportará el caudal ecológico del río Aragón; permitirá la laminación de avenidas; y cubrirá todas las concesiones existentes aguas abajo.