Publicada el Dienstag, 4 de Juni de 2013

El Presidente entrega a Natty Petrosino el Premio Internacional Jaime Brunet a la Promoción de los Derechos Humanos

Alberto Catalán es, en su calidad de Presidente de la Cámara, vicepresidente honorario de la Fundación Brunet de la UPNA que concede el galardón

El Presidente del Parlamento de Navarra, Alberto Catalán Higueras, y la Presidenta de Navarra, Yolanda Barcina Angulo, han entregado esta tarde en la UPNA a la argentina Natty Petrosino el Premio Internacional Jaime Brunet a la Promoción de los Derechos Humanos.

Natty Petrosino (Bahía Blanca, Argentina, 1938) realiza desde hace 45 años una importante labor humanitaria a favor de los más desprotegidos sin ningún apoyo institucional. Calificada como “la Madre Teresa argentina”, fundó una red de ayuda a pobres y enfermos, aunque ahora vive en una casa rodante con la que viaja por toda Argentina asistiendo a comunidades de indígenas y personas desfavorecidas. El premio está dotado con 36.000 euros.

La ceremonia de entrega del galardón ha estado presidida por el rector de la Universidad Pública de Navarra, Julio Lafuente, además de por Yolanda Barcina y Alberto Catalán. El acto ha contado con la asistencia del vicepresidente de la Fundación Jaime Brunet, Joaquín Mencos, y de Edurne Almirantearena, en representación de la ONG Brigadas Internacionales de Paz, entidad premiada en la anterior edición.

La Fundación Jaime Brunet, de la que Alberto Catalán es vicepresidente honorario, es una fundación cultural privada, de interés social y carácter permanente, cuyos fines son el fomento del respeto a la dignidad humana, a las libertades fundamentales y a los derechos humanos, así como la erradicación de situaciones y tratos inhumanos o degradantes. La Fundación promociona actividades dirigidas a tal objeto y estudios relacionados con el respeto a tales valores, como el Premio Internacional Pro Derechos Humanos.

El jurado quiso reconocer, a través del galardón a Natty Petrosino, a “todas aquellas personas que están comprometidas en la defensa de los derechos humanos y a las que, desde la sencillez, sin publicidad y con humildad, entregan su vida a la ayuda de los más desprotegidos”. Además, espera que el Premio Internacional Jaime Brunet permita a Natty Petrosino “avanzar y expandir sus objetivos y programas, además de estimular los esfuerzos de otras personas en su apuesta por conseguir una sociedad más justa y plural, respetuosa siempre con los derechos fundamentales del ser humano”.

Petrosino, que no pertenece a ninguna congregación religiosa o institución, abandonó una vida confortable de esposa y madre de familia con dos hijos para dedicarse íntegramente a los más desvalidos. Desde su ciudad natal de Bahía Blanca, a 660 kilómetros al sur de Buenos Aires, fundó una red de hogares para ayudar a pobres, enfermos y discapacitados en toda Argentina. En concreto, en 1978 puso en marcha el Hogar Peregrino San Francisco de Asís, para dar cobijo a todas aquellas personas carentes de recursos, labor que amplió en 1980 al abrir una casa de acogida (cotolengo) para varones con discapacidad.

Tras el colapso económico de 2001 en Argentina, el Hogar Peregrino San Francisco de Asís se convirtió en un centro de distribución de alimentos, las llamadas “ollas populares”.

Natty Petrosino ha ayudado en distintas catástrofes naturales, como las inundaciones de la provincia de Corrientes (Argentina) en 1998 o el paso del huracán “Mitch” en Nicaragua de ese mismo año. Entre 1993 y 1994, viajó a Rusia invitada por la embajada argentina en ese país, lo que le permitió desarrollar su tarea en Moscú, Chernóbil (Ucrania) y Kazajistán.

Luego decidió dedicarse exclusivamente a los pueblos indígenas de Argentina, como los mapuches, los huarpes y los wichis. Así, para las comunidades de aborígenes wichis de las provincias de Formosa y Chaco (norte del país), construyó dos escuelas, tres salas de primeros auxilios y más de medio centenar de casas sin subsidios oficiales. Natty Petrosino vive en una furgoneta, en la que viaja por Argentina asistiendo a comunidades indígenas olvidadas, llevando alimentos y asistencia médica a los más pobres y construyendo escuelas y hospitales.

La tarea de Natty Petrosino ha recibido varios reconocimientos, como su candidatura al Premio Nobel de la Paz en 2009, el premio Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Bahía Blanca y la elección como “Mujer del Año” por el Concejo Regional del Valle de Aosta (Italia).